Dos hermanas, un solo corazón: La belleza con propósito de Veranvior
Escrito el 20 de octubre del 2025 | Compromiso
Hace más de una década, las hermanas María Elena y Verónica Jure, fundadoras del Salón de Belleza Veranvior, comenzaron a recolectar cabello donado por sus clientas para entregarlo a una institución que apoyaba a pacientes oncológicos. Lo que en ese entonces parecía una acción solidaria puntual terminó convirtiéndose en una misión de vida que hoy día llaman: “Dona Esperanzas”.
Con sus propias manos confeccionan cintillos de cabello natural y los entregan gratuitamente a personas con cáncer para apoyarlos en sus procesos físicos y emocionales. Esta iniciativa moviliza a cientos de personas a lo largo del país, ya que gracias a su alianza con Starken cualquiera que desee donar cabello puede enviarlo desde cualquier parte de Chile, sin costo alguno, para que se utilice en la confección de los cintillos oncológicos.
Cada donación queda registrada y, siempre que sea posible, se busca generar un vínculo simbólico entre el donante del cabello y el receptor del cintillo, promoviendo una cadena de amor, empatía y esperanza. Hoy, Veranvior se convirtió en el hogar de esta misión y es un espacio de belleza con propósito.
La historia personal de las hermanas Jure marcó también este proyecto. Tras perder a su madre a causa del cáncer y vivir de cerca otros casos familiares, sintieron la necesidad de transformar ese dolor en una causa con sentido. María Elena, desde Santiago, lidera el salón y confecciona cada cintillo con sus propias manos. Verónica, desde Miami, continúa expandiendo esta visión más allá de las fronteras.
Esta cadena de apoyo se construye con la participación activa de distintos actores. Por ejemplo, los médicos cumplen un rol muy importante al informar a sus pacientes oncológicos sobre la posibilidad de cortar el cabello antes de iniciar la quimioterapia para así confeccionar cintillos con su propio cabello. Los estilistas, por su parte, pueden educar y motivar a sus clientas a donar en vez de desecharlo. Es así como Viuty, distribuidor de marcas capilares, se unió a esta noble causa para amplificar el mensaje y motivar a que más salones y estilistas se unan a la iniciativa.
Para donar cabello, solo se necesita un mínimo de 15 centímetros de largo. Debe estar limpio y puede ser teñido o natural.
Veranvior no es solo un salón ni Dona Esperanzas es solo una campaña: juntas forman un legado. Un claro ejemplo de cómo, desde el amor y el dolor, se puede crear un mundo más empático, humano y lleno de vida.